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Decir que el estado es una mafia sería ser benévolos. Una mafia jamás podría aspirar al poder que ostenta incluso el más débil de los estados.

El estado es la mafia más grande.

No solo eso, es peor aún que la mafia por las siguientes razones:

El poder del que dispone un estado para obligar a las personas a ir a la guerra y morir como carne de cañón no la tiene ninguna mafia. De hecho, si se comparan las muertes cometidas por estados vs. las cometidas por mafias, el resultado nos muestra un claro vencedor.

Categoría

Fuente/Referencia

Periodo aproximado

Estimación de muertes

Escala / Comentario

Estados (guerras, genocidios, represión)

R. J. Rummel (Death by Government), Our World in Data, WWII data

Siglo XX completo

150–200+ millones

Incluye guerras mundiales, genocidios, purgas políticas, hambrunas inducidas.

China comunista (ejemplo estatal)

Rummel, estimaciones históricas

1949–1976

~35 millones (rango 6–100 M)

Muertes por represión, hambre y purgas políticas.

Segunda Guerra Mundial

Wikipedia, OWID

1939–1945

~70–80 millones

Mayor conflicto interestatal; la mayoría civiles.

Crimen organizado mundial (UNODC)

Global Study on Homicide (UNODC)

2000–2017

~65.000 muertes/año

15–20 % de homicidios globales; violencia criminal organizada.

Crimen organizado total (estimado)

Justice Info / UNODC

2000–2021

~700.000 muertes totales

Equivale a ~100.000 por año promedio.

Comparación global

Síntesis general

Escala histórica

Estados: 100–200+ millones • Mafias: <5 millones (histórico acumulado)

Los Estados causan más muertes históricamente.

(Esta tabla se ha hecho rápidamente con la ayuda de ChatGPT, debe tomarse como una aproximación y lo principal es lo que aparece resaltado en amarillo.)

El estado es peor que la mafia porque tiene escuelas.

Es decir, no solo te roba. Sino que te obliga a adorarle una vez que te ha robado. Te obliga a ir a sus escuelas y el que diga que el estado es malo se puede ganar unos buenos azotes.

Nadie lo expresó mejor que Lysander Spooner:

La realidad es que el gobierno, como un bandolero, le dice a un hombre: “Tu dinero, o tu vida”. Y la mayoría de los impuestos son pagados bajo esa amenaza. El gobierno, realmente, no aborda a un hombre en un lugar solitario, salta sobre él desde la carretera, y, apuntando un arma a su cabeza, procede a saquearle. Pero el robo es igualmente un robo de esa manera; y es mucho más cobarde y vergonzoso. El bandolero toma la responsabilidad, el peligro y el crimen de su acción. Él no pretende tener ningún derecho legítimo sobre tu dinero, no finge tener la intención de usarlo para el beneficio de su víctima. Él no pretende ser nada más que un ladrón. No ha adquirido suficiente descaro para profesar que es simplemente un “protector”, y que toma el dinero de los hombres en contra de su voluntad, solamente para que le sea posible “proteger” a esos viajeros encaprichados, que se sienten perfectamente capaces de protegerse a sí mismos, o no aprecian su peculiar sistema de protección. Él es un hombre demasiado sensato para hacer semejantes afirmaciones. Es más, él deja a su víctima, como quiere que ésta lo deje. No persiste en seguirla por el camino, en contra de su voluntad; asumiendo ser su legítimo “soberano”, a cuenta de la “protección” que le brinda. Él no sigue “protegiéndola”, ordenándole que se incline ante él y le sirva; demandándole que haga esto y prohibiéndole que haga aquello; robándole más dinero tan a menudo como convenga a su interés o placer; y etiquetándolo como un rebelde, un traidor, un enemigo de su país, y disparándole sin piedad, si la víctima contradice su autoridad, o se resiste a sus exigencias. Él es demasiado caballero para ser culpable de imposturas, e insultos, y villanías como éstas. El bandolero no intenta convertir a su víctima en su incauto o su esclavo.

Lysander Spooner en Sin Tracición (adaptado)

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En resumidas cuentas, un ladrón es más noble que el estado. Te roba y te deja en paz. No te obliga a cantar su himno, a votar en sus elecciones, a meter a tus hijos en su escuela, a ir a la guerra por él…

En mi opinión, la principal diferencia entre el estado y una mafia es la legitimidad.

Esa es la base que sustenta al estado, pues por la fuerza de las armas simplemente es muy difícil controlar a la población por mucho tiempo, se necesita algo más, que la gente crea en él.

Si la gente dejase de creer en el estado, perdería toda su fuerza y se derrumbaría como una gigante con los pies de barro.

Pero actualmente tenemos al estado tan dentro de nosotros que es difícil que esto ocurra de la noche a la mañana. Por eso el estado presta gran atención en controlar la educación (mejor sería llamarlo escolarización) y los medios de comunicación. Pues el discurso debe ser hegemónico y crear ciudadanos obedientes que den la vida por el estado y que paguen sus impuestos (“Los impuestos vuelven” o eso dicen; “El estado somos todos”). Esto no son más que fórmulas mágicas a través de las cuales se nos dice “tus intereses son los mismos que los del estado”.

Pero sabemos que esto no es verdad.

Por eso hay receptores netos de impuestos y pagadores netos. Hay ganadores y perdedores. Hay quienes se benefician del estado y quienes se perjudican del mismo.

Pero para profundizar en esto tendremos que estudiar la teoría austriaca de las clases sociales. Sobre la que volveremos en posteriores reflexiones.

¡Gracias por haberle dado click al anuncio, de verdad que es una gran ayuda! ❤️

Hasta que no rompamos el hechizo de la legitimidad, el estado seguirá siendo la mafia más grande y la más adorada.

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